Buena, agradable y perfecta.

Alejandro Machado
2 mar 2015
4 Min. de lectura

ROMANOS 12

1 Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios

por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes.

Que sea un sacrificio vivo y santo,

la clase de sacrificio que a él le agrada.

Esa es la verdadera forma de adorarlo.

2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo,

más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas

al cambiarles la manera de pensar.

Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes,

la cual es buena, agradable y perfecta.

Si leemos línea por línea, encontraremos una secuencia de ideas que nos llevan a un entendimiento final:Una persona que entiende que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta.

Si a cualquiera de nosotros le dicen que algo es: Bueno, agradable y perfecto, dirá entonces que es algo deseable. Algo que definitivamente tenemos que tener, u obtener. ¿Dónde se consigue eso?, “yo lo quiero”. Diríamos.

Habría que ser un poco tonto para despreciar algo que es: Bueno, agradable y perfecto.

¡Imaginemos!… si fuera comida estaríamos hablando de los mejores manjares existentes. La comida más deliciosa que nuestro paladar ha degustado jamás: y si fuera un empleo, uff, definitivamente cumpliría con todos “nuestros requisitos” de comodidad y remuneración económica. Si se tratara de la pareja, ¿te imaginas?. (Cada novio y novia que lee esta nota está seguro de haber encontrado a alguien con esas características).

El punto es que NADIE desprecia algo bueno, agradable y perfecto.

Así es la voluntad de Dios para nosotros. El texto lo dice, escrito por Pablo, quien hablaba siendo inspirado por el Espíritu Santo. Lo dice Dios mismo. Y él no miente.

Lo dice Pablo, quien ha experimentado en vida y carne propia estas tres virtudes de la voluntad de Dios. Él no habla sólo teóricamente. Él habla con conocimiento de causa porque “lo ha vivido”.

FILIPENSES 3

7 Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho. 8 Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo 9 y llegar a ser uno con él. Ya no me apoyo en mi propia justicia, por medio de obedecer la ley; más bien, llego a ser justo por medio de la fe en Cristo.

En esas palabras Pablo resume el valor de Cristo. Se da cuenta que nada de lo que existe en la tierra tiene el mismo valor, y ni siquiera puede compararse de ninguna forma.

Solo Cristo es valioso. Procede de Dios, es Dios, y Pablo vive para Él.

De manera que Pablo sabe bien de lo que habla. A pesar de las prisiones, persecuciones, cárceles y dificultades, Pablo habla de la voluntad de Dios como buena, agradable y perfecta.

Lo interesante es que la frase está escrita dentro de un marco muy interesante: “Entonces aprenderán a conocer”. Quiere decir que haciendo algo es como “aprenderemos a conocer”. De otro modo no.

Vamos a ser honestos. En la rebeldía del ser humano, es muy difícil aceptar la voluntad de Dios como algo agradable. No nos gusta. Lo hemos dicho antes, la Palabra de Dios es dulce, pero también amarga.Podemos aplaudir y ser conmovidos por un texto en particular; pero también nos encontraremos con otros que quisiéramos que no estuvieran escritos en la Biblia. Como por ejemplo: “si tu enemigo tiene hambre, dale de comer”. “Ama a tus enemigos”. “Perdona nuestras faltas, como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden”.

No nos gustan esos textos.

Y como ese, encontraremos muchos más, relacionados a la manera como administramos nuestro cuerpo, dinero, tiempo, e incluso cómo nos relacionamos con los demás.

Encontraremos textos que no nos agradan acerca del matrimonio, de la relación de padres a hijos, y de hijos a padres.

Así que, ¿como puede ser bueno, agradable y perfecto algo que no nos gusta?

Por eso el marco de la frase. “Entonces aprenderán a conocer”… no hay duda de que habla de un proceso. No es algo que ocurrirá de la noche a la mañana. Es un proceso de aprendizaje. “Aprender a conocer”, lo que Dios quiere que nosotros hagamos en la vida. Es decir, su voluntad para nosotros.

¿Cómo es posible eso?

Creo que tendríamos que leer los mismos textos, pero variando un poco el orden: