¡Por todo lo que ha hecho por ustedes!
- Alejandro Machado
- 10 feb 2015
- 6 Min. de lectura

Romanos 12:1,2 NTV
“Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo. No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta”.
“Esa es la verdadera forma de adorarlo”
Esa frase tuvo que haber sacudido a un verdadero creyente… Tuvo que haberlo llevado a revisar otras versiones, analizar el contexto, y meditar en ello durante horas, días, semanas, o el tiempo que fuera necesario para caer de rodillas pidiendo perdón por sus pecados y rebeldías constantes.
Entender que “la verdadera forma de adorarlo” (no la única), es rindiendo nuestra vida en total obediencia a Dios, es algo que puede cambiar la vida entera de un creyente.
Ahora, Pablo hace uso de otra frase en este texto, que a menudo también pasamos desapercibida. Y esta frase, nos da la razón, el por qué. La causa que origina internamente la razón y el deseo de sacrificarnos obedeciendo, para adorar… “Por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes”.
¡Por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes!
Muchos cristianos, al oír esa frase, comienzan a hacer un inventario de sus bienes. Otros, piensan en los beneficios que han obtenido en la vida, luego de “hacerse creyentes”. Los más reflexivos quizás, comenzaron a meditar en las veces que han sido salvados de muchos males, enfermedades, situaciones peligrosas, problemas financieros, y toda clase de eventos malignos, perceptibles o no.
¡Tantos creyentes viven sin encontrar sentido a la vida cristiana! ¡No entienden! ¡No viven el verdadero gozo de la vida en Cristo, y por lo mismo, no puede haber una verdadera adoración, ni búsqueda de santidad!
Puedes notar lo anterior en la clase de libros que leen los cristianos de hoy o el tipo de predicaciones que aplauden; las canciones que entonan, y las conversaciones en las que están continuamente inmersos… Hay mucho enfoque de vida centrado en nosotros mismos. Recientemente, en alguna iglesia post-moderna de los Estados Unidos, se ha estado predicando que "Cuando adoras y sirves a Dios, no lo haces por Él, en realidad lo haces por ti. ¡Haz las cosas por ti!, pues de esa manera serás feliz”.
¡Vaya!, la razón y motivación de las cosas, no es Dios, ¡sino nosotros!… No hay contexto en el cual puedas incluir esa frase sin que sea una herejía.
Cuando Pablo exhortó a los Romanos, y en realidad, a todo creyente que busque adorar genuinamente a Dios a “entregar su cuerpo a Dios en un sacrificio vivo y santo” (o sea, algo que definitivamente va a costar y en lo cual tendremos que esforzarnos), dijo: “¡Por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes!”… ¿Y sabes algo?, nunca, jamás se refería a algún beneficio humano o terrenal. Pablo hacía referencia a la VIDA ETERNA.
¿Cómo lo sabemos?… Por el contexto. Es el tema del cual viene hablando desde el capítulo 9, cuando habla claramente de que la misericordia de Dios se ha mostrado con aquellos que Él ha predestinado desde el principio para que sean salvados.
ROMANOS 9
10 Ese hijo fue nuestro antepasado Isaac. Cuando se casó con Rebeca, ella dio a luz mellizos.11 Sin embargo, antes de que nacieran, antes de que pudieran hacer algo bueno o malo, ella recibió un mensaje de Dios. (Este mensaje demuestra que Dios elige a la gente según sus propósitos; 12 él llama a las personas, pero no según las buenas o malas acciones que hayan hecho). Se le dijo: «Tu hijo mayor servirá a tu hijo menor». 13 Como dicen las Escrituras: «Amé a Jacob, pero rechacé a Esaú»
(Resaltaré aquí el hecho de que otras versiones dicen: “aborrecí a Esaú”, en vez de rechazar. La palabra en griego usada aquí fue: “emishsa” que significa, literalmente: odiar, detestar).
ROMANOS 9
14 ¿Estamos diciendo, entonces, que Dios fue injusto? ¡Por supuesto que no! 15 Pues Dios le dijo a Moisés:
«Tendré misericordia de quien yo quiera y mostraré compasión con quien yo quiera».
16 Por lo tanto, es Dios quien decide tener misericordia. No depende de nuestro deseo ni de nuestro esfuerzo.
17 Pues las Escrituras cuentan que Dios le dijo al faraón: «Te he designado con el propósito específico de exhibir mi poder en ti y dar a conocer mi fama por toda la tierra». 18 Así que, como ven, Dios decide tener misericordia de algunos y también decide endurecer el corazón de otros para que se nieguen a escuchar.
19 Ahora bien, ustedes podrían decir: «¿Por qué Dios culpa a las personas por no responder? ¿Acaso no hicieron sencillamente lo que él les exige que hagan?».
20 No, no digan eso. ¿Quién eres tú, simple ser humano, para discutir con Dios? ¿Acaso el objeto creado puede preguntarle a su creador: «¿Por qué me has hecho así?»? 21 Cuando un alfarero hace vasijas de barro, ¿no tiene derecho a usar del mismo trozo de barro para hacer una vasija de adorno y otra para arrojar basura? 22 De la misma manera, aunque Dios tiene el derecho de mostrar su enojo y su poder, él es muy paciente con aquellos que son objeto de su enojo, los que están destinados para destrucción. 23 Lo hace para que las riquezas de su gloria brillen con mucha más intensidad sobre aquellos a quienes les tiene misericordia, los que preparó de antemano para gloria. 24 Y nosotros estamos entre los que él eligió, ya sea del grupo de los judíos o de los gentiles.
El énfasis de Pablo continúa en el capítulo 10, cuando nos menciona acerca de ¿Cómo se salvarán (los escogidos), si no hay quien les predique? (Muchos piensan que la enseñanza de la elección divina elimina la predicación del evangelio y las misiones. Al contrario, las obliga).
Y Enfatiza en ello en el capítulo 11
ROMANOS 11
5 Lo mismo sucede hoy, porque unos cuantos del pueblo de Israel han permanecido fieles por la gracia de Dios, es decir, por su bondad inmerecida al elegirlos; 6 y como es mediante la bondad de Dios, entonces no es por medio de buenas acciones. Pues, en ese caso, la gracia de Dios no sería lo que realmente es: gratuita e inmerecida.
7 Así que la situación es la siguiente: la mayoría del pueblo de Israel no ha encontrado el favor de Dios que tanto busca. Unos cuantos sí lo han encontrado —los que Dios ha elegido—, pero el corazón de los demás fue endurecido.
Piénsalo: De Israel, el pueblo escogido, no todos son salvos. Sino aquellos a quienes Dios ha elegido. Tanto dentro del pueblo de Israel, como dentro del pueblo gentil.
Y ahora, comienza el capítulo 12 diciendo esto:
¿Qué fue lo que él hizo por nosotros?: TODO. (versículo 6 y como es mediante la bondad de Dios, entonces no es por medio de buenas acciones. Pues, en ese caso, la gracia de Dios no sería lo que realmente es: gratuita e inmerecida).
Si hay alguna doctrina o enseñanza que debemos defender, es aquella que glorifica a Dios y lo enaltece como merece. Toda enseñanza que niega la elección soberana de Dios al momento de la salvación, e introduce el elemento humano en la decisión de fe, presume que hay algo de bondad en el ser humano, y por lo tanto, la salvación se convierte en un hecho meritorio, no de gracia.
Digamos lo anterior de otro modo: Si tomamos como válida una enseñanza en la cual el hombre tiene participación en la salvación a través del libre albedrío, “porque es capaz de decidir por Cristo en un momento de necesidad”, entonces asumimos que hay una pizca, aunque sea un atisbo de bondad en el ser humano que lo hace “digno de ser rescatado”.
¿No dice la Biblia que por naturaleza somos adormecedores de Dios?
ROMANOS 3
10 Como dicen las Escrituras:
«No hay ni un solo justo, ni siquiera uno. 11 Nadie es realmente sabio, nadie busca a Dios. 12 Todos se desviaron, todos se volvieron inútiles. No hay ni uno que haga lo bueno, ni uno solo».
Y esto se refiere a TODOS. Ninguno está excluido.
Mientras más meditamos en esto, mejor entendemos dos conceptos que nos ayudarán a comprender bien este tema: La santidad de Dios, y la depravación total del hombre. Temas, que hemos venido exponiendo semana tras semana.
Cuando tu y yo, amado lector, meditamos en esto, y empezamos a darnos cuenta de que, sin ninguna razón o motivo, Dios nos ha escogido para ser salvos, y nos ha dado el beneficio inmerecido de la vida eterna… entonces adoramos!
¡Tan grande es esta verdad que cuando los discípulos regresaron de una misión, a contarle sus “hazañas” a Jesús, contentos y llenos de alegría: “¡Señor!, ¡hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre!”… Jesús les respondió algo así como: “No olviden la verdadera fuente de su gozo!… sus nombres están escritos en el libro de la vida!”
Lucas 10:
17 Cuando los setenta y dos discípulos regresaron, le informaron llenos de alegría:
—¡Señor, hasta los demonios nos obedecen cuando usamos tu nombre!
18 —Sí —les dijo—. Vi a Satanás caer del cielo como un rayo. 19 Miren, les he dado autoridad sobre todos los poderes del enemigo; pueden caminar entre serpientes y escorpiones y aplastarlos. Nada les hará daño. 20 Pero no se alegren de que los espíritus malignos los obedezcan; alégrense porque sus nombres están escritos en el cielo.
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