¡ABSOLUTO!

Una vez escuché algo muy cierto: “Cuando Isaías vio la gloria de Dios no dijo ¡Que maravilloso! Mas bien dijo: ¡Ay de mi!, ¡soy hombre muerto!”.

Isaias 6:1 El año de la muerte del rey Uzías, vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono; las orlas de su manto llenaban el templo. 2 Por encima de él había serafines, cada uno de los cuales tenía seis alas: con dos de ellas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. 3 Y se decían el uno al otro:

«Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria.»

4 Al sonido de sus voces, se estremecieron los umbrales de las puertas y el templo se llenó de humo.5 Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios *impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al Señor Todopoderoso!»

Los ángeles que estaban alrededor del trono, cuando Isaías vio aquella escena, no cesaban de decir: “Santo, Santo, Santo es el Señor Omnipotente”.

Estos serafines, permanecen frente a la presencia de Dios, rindiendo gloria, honra y alabanza. Eternamente. Desde la eternidad… y hasta la eternidad. Pasando por el momento presente. Han permanecido, están ahí, y continuarán…

Este es uno de los relatos bíblicos que mejor nos muestran la Soberanía de Dios. Resulta inquietante pensar en el hecho de que hay unos seres frente a él, que por mucho que pasa el tiempo no se han saciado de expresar con ímpetu la santidad de Dios.

Dios es Santo.

¿Sabes lo que eso significa?

Generalmente las personas creen que santo significa puro. Pero no es así.

Santidad no significa pureza. Significa lejanía.

Me explico: La santidad significa “apartado”, o dicho de otra manera, “lejos de”. El Antiguo Testamento relaciona el concepto con el Dios verdadero y utiliza la palabra hebreo qadash, cuya etimología es incierta (según algunos, relacionada con «separar», según otros, con «brillo»).

De ahí que lo que conocemos por “Santidad de Dios” es en realidad una posición tan separada, tan apartada, tan lejana del mal y del caos, que podríamos llamar a la santidad de Dios un sinónimo de su pureza.

Sin embargo, algunos teólogos, como Grudem, Arthur Pink o Spurgeon, toman la idea de que la santidad es el atributo central de Dios, no como el que sobresale, sino como el que le da brillo a todos los demás atributos.

Tiene sentido.

Si de cualquier forma el término qadash significa casi indistintamente las dos cosas, tiene sentido.

Santidad significa que hay una gran, enorme, insalvable separación entre él, y todo lo creado. Santo significa que solamente Él, y nadie más que Él, pertenece a ese lugar donde todo es perfecto.

Tiene mayor sentido la forma como inicia el relato bíblico. Lo primero que hace resaltar, es la santidad de Dios, es decir, su naturaleza apartada de lo común y el caos.

GÉNESIS 1

1 En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.

( - SEPARACIÓN - SANTIDAD - )

2 La tierra no tenía forma y estaba vacía, y la oscuridad cubría las aguas profundas; y el Espíritu de Dios se movía en el aire sobre la superficie de las aguas.

Pensemos en los atributos de Dios. Usamos las frases de manera tan común, y a veces no hemos comprendido su profundo impacto y significado.

El Amor de Dios no es un amor condicionado, es Santo.

La Justicia de Dios es infalible, o sea, es Santa.

La Misericordia de Dios es inagotable, es Santa.

La Omnipresencia de Dios es total, es Santa.

La Fidelidad de Dios es increíble, es Santa.

Todo él, es Santo, Santo, Santo. Es perfecto.

La Santidad es entonces, el atributo que da brillo a todos los atributos de Dios, pues les da un significado único. Hace que cada atributo de Dios sea inalcanzable, irrealizable, y además, perfecto. Es decir,¡ABSOLUTO!