Un Dios bueno… ¡me dará buenas cosas!

Dios es Bueno. ¡Que buena noticia!… y tiene un plan, ¡oh, maravilloso!

No es posible encontrar, al caminar por las calles de la India, país en el cual predomina como religión el hinduismo, ningún escrito religioso que diga que “este dios es bueno”. (Mucho menos que tenga planes).

Incluso, la adoración que muchas personas hacen a sus dioses busca escapar de su ira. O despertarlos de su sueño para ser bendecidos. Un intento por llamar su atención, y rogar su benignidad hacia ellos.

Pero nuestro Dios es bueno. ¡Que buena noticia!… y tiene un plan, ¡oh, maravilloso!

Lo que queremos que eso signifique es una vida plena en función de salud, prosperidad (riquezas son aceptables), éxito y fama. Parámetros de la vida humana terrenal. Pero si nos dijeran que eso puede significar problemas, enfermedades, luchas y sufrimiento, no nos gustara la idea.

Alguien dijo, que si midiéramos el amor de Dios en función de los beneficios terrenales que obtenemos, Dios odiaba a Pablo.

Leamos lo que él nos comenta de lo que ha sido su vida de servicio a Dios.

2Cor 11:23 ¿Son siervos de Cristo? Sé que sueno como un loco, ¡pero yo lo he servido mucho más! He trabajado con más esfuerzo, me han encarcelado más seguido, fui azotado innumerables veces y enfrenté la muerte en repetidas ocasiones. 24 En cinco ocasiones distintas, los líderes judíos me dieron treinta y nueve latigazos. 25 Tres veces me azotaron con varas. Una vez fui apedreado. Tres veces sufrí naufragios. Una vez pasé toda una noche y el día siguiente a la deriva en el mar. 26 He estado en muchos viajes muy largos. Enfrenté peligros de ríos y de ladrones. Enfrenté peligros de parte de mi propio pueblo, los judíos, y también de los gentiles. Enfrenté peligros en ciudades, en desiertos y en mares. Y enfrenté peligros de hombres que afirman ser creyentes, pero no lo son. 27 He trabajado con esfuerzo y por largas horas y soporté muchas noches sin dormir. He tenido hambre y sed, y a menudo me he quedado sin nada que comer. He temblado de frío, sin tener ropa suficiente para mantenerme abrigado.

28 Además de todo eso, a diario llevo la carga de mi preocupación por todas las iglesias. 29 ¿Quién está débil sin que yo no sienta esa misma debilidad? ¿Quién se ha dejado llevar por mal camino y sin que yo no arda de enojo?

Hoy he visto a muchos “ministros” y “servidores” de Dios que exigen ser tratados como estrellas de cine y personajes famosos de la farándula. Exigen respeto expresado en lujos, reverencias, adulaciones y dinero.

Muchos “ministros” y “servidores” de hoy predican un mensaje tan alejados de la verdad bíblica que los aplausos abundan cuando ellos terminan de hablar. ¿Leíste bien lo anterior?… “los aplausos abundan cuando ellos terminan de hablar”. Un mensaje así difícilmente provendrá de Dios. tenemos que recordar que el mensaje que Dios nos envió a predicar es el mismo que llevó a Jesús a la cruz, y a la persecución y muerte a los profetas.

Juan 15:20 ¿Recuerdan lo que les dije? “El esclavo no es superior a su amo”. Ya que me persiguieron a mí, también a ustedes los perseguirán. Y, si me hubieran escuchado a mí, también los escucharían a ustedes.

Vamos a estar claros. Jesús nunca prometió una vida fácil. (Me dirás, él dijo “abundante”); si, pero hemos entendido eso fuera de contexto. ÉL dijo que en el mundo tendríamos aflicción, nunca dijo que tendríamos una vida fácil.

“…pero dijo que tendríamos una vida abundante”, me dirás.

¿Te das cuenta de cuanto insistimos en una vida llena de comodidades, lujos y superficialidades, por un solo versículo mal aplicado?

Queremos un Dios a nuestro favor, pero no entendemos que es lo que tenemos en contra.

¿Qué tenemos en contra?… Una sola cosa que nos separa de Dios. Terrible por cierto. Se llama pecado.

Tan terrible, que Pablo se atreve a personalizarlo en Romanos 7:11 y lo describe como un mentiroso, ventajista, y asesino. Tan terrible, que separa a Dios del hombre y lo envía a una condenación eterna, lejos de Dios, sufriendo en el infierno.

Rom 7:11 El pecado se aprovechó de esos mandatos y me engañó; usó los mandatos para matarme.

Tan terrible, que el más pequeño de ellos es igual al más grande.

Entonces, necesitamos comprender lo que significa la bondad de Dios. ¿En qué consiste esa bondad?, ¿de qué manera Dios es bueno?.

Hazte esta pregunta. ¿Por qué razón el hombre merecía ser salvado?…

Cuando los ángeles vieron al hombre fallar, y tomando la doctrina ampliamente defendida en la cual Satanás fue expulsado del cielo a causa de su rebelión, junto a la tercera parte de sus seguidores (ángeles rebeldes, hoy demonios), entonces los primeros debieron pensar: “Si a aquel, que no llegaba a imagen de Dios, lo expulsaron de esa manera, ¡qué le espera de condenación a este ser!”…

La sorpresa debió ser mayúscula cuando escucharon Génesis 1:15

Gen 3:15 Y pondré hostilidad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Su descendiente te golpeará la cabeza, y tú le golpearás el talón».

Lo que Dios estaba diciendo es que Él iba a salvar a esos rebeldes. La descendencia de la mujer (razón por la cual Jesús hacía alusión a él mismo como “El Hijo del Hombre”, vencería a la descendencia de Satanás, quien sólo le heriría en el talón, una herida temporal y no mortal, en la crucificción). A pesar de su maldad, de su desprecio por Dios, y de su blasfemia. Dios, ¡los salvaría!

¿Por qué? ¿Que razón tenía para hacerlo?

Cuando alguien cuestiona a Dios diciendo: ¿Para qué creó el infierno si sabría que habría gente que terminaría ahí? no está entendiendo la santidad y la pureza de Dios.

Seamos honestos. Cada ser humano sabe que el castigo de un malhechor debe ser castigado. No hacerlo implicaría una acción injusta por parte del juez que atienda el caso. Y aquí tenemos al Santo Dios del universo, frente a una generación malvada, rebelde, de espaldas a él. ¡Y él decide salvarlos!

La pregunta no es ¿por qué Dios crea personas que él sabe irán al infierno a causa de su rebelión?, la pregunta es: ¿Por qué Dios decide salvar a algunos, a pesar de su rebelión?

¡Dios es Bueno!

¡Y esa, es una buena noticia!

El hombre rebelde fue incluido en un plan. Un plan en el cual Dios demostraría su poder y majestad frente a todo aquel que osara proclamarse “rey” a la par de él (por cierto, el pecado de Satanás en el cielo, quien “quiso ser como Dios”).

Para hacerlo, Dios decidió mostrarlo a nosotros. Vez tras vez. Uno a uno. Dios demostrando a través de los hechos, que Él es Digno de ser llamado Dios, por encima de todo dios. Lo que suceda en la vida terrenal termina siendo un medio para que el hombre tenga la oportunidad de conocer a Dios. ¡Por eso hizo todas estas cosas!

Dios iba a a salvar y rescatar su imagen. La perfección que él había creado. Y para hacerlo, en el proceso, se mostraría como el Omnipotente.

Un Dios capaz de ser amado en medio de toda circunstancia. No solo de las buenas. Un Dios que es bueno, no porque ofrece “buenas cosas temporales”, sino una inmerecida vida eterna lejos del castigo merecido.

La forma de hacerlo, la forma de justificar al hombre y hacerlo “puro” a pesar de sus pecados, también nos da una clara imagen de su bondad. Él, (Dios mismo), tomando el lugar del pecador, y pagando el precio exigido por el rescate. Meditar en esto puede llevar a muchos a la salvación. Porque este es el concepto que muchas personas no comprenden. Creen que deben hacer cosas para agradar a Dios, cuando no se dan cuenta que ellas están dentro de un plan. Él pagaría el precio. No hay nada que hacer.

Si entendemos esto, y comprendemos que aquel sacrificio fue un acto sustitutorio en favor nuestro, seremos salvos. Lo que resta, es seguirle. Por amor. Por agradecimiento. Porque comprendemos: ¡Él es bueno!…

¿Y la vida abundante?, me dirás…

¿Te parece poco haber sido salvo?, ¿Te parece poco la entrada a los cielos? ¿Te parece poco la relación directa con el Creador del Universo?

“Te basta mi gracia”, le contestaba Dios a Pablo en medio de su inconformidad…

(Si, seguiremos el tema, no hemos terminado).​