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"Buen propósito de Dios", ¿en el sufrimiento?

  • Alejandro Machado
  • 18 ene 2015
  • 8 Min. de lectura

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Así que Dios decidió crear al hombre, para que este le adore.

¿Alguno de ustedes leyó bien el propósito por el cual Dios creó al hombre? Pues todos estamos incluidos en esa declaración.

Muchos creyentes han vivido años en el evangelio pensando que la vida en Cristo se trata de obtener beneficios terrenales procedentes de Dios y tener una relación en la cual éste, está a su servicio. Basta con repasar un poco las exposiciones que se dan desde los púlpitos acerca de la oración para darnos cuenta que el énfasis de esas enseñanzas es que “Dios va a darte todo lo que le pidas, tú solo pide con fe". (En una entrega posterior hablaremos sobre esto). Pero volvamos al tema de hoy, pues el Catecismo de Westminster inicia respondiendo la pregunta:

¿Cuál es el fin principal y más noble del hombre?

  • El fin principal y más noble del hombre es el de glorificar a Dios, y gozar de él para siempre.

Rom. 11:36 Pues todas las cosas provienen de él y existen por su poder y son para su gloria. ¡A él sea toda la gloria por siempre! Amén.

1Cor. 10:31 Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.

Sal. 73:24-26

22 Fui tan necio e ignorante,debo haberte parecido un animal sin entendimiento.

23 Sin embargo, todavía te pertenezco; me tomas de la mano derecha.

24 Me guías con tu consejo y me conduces a un destino glorioso.

25 ¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Te deseo más que cualquier cosa en la tierra.

26 Puede fallarme la salud y debilitarse mi espíritu, pero Dios sigue siendo la fuerza de mi corazón, él es mío para siempre.

Juan 17:22-24.

22 »Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. 23 Yo estoy en ellos, y tú estás en mí. Que gocen de una unidad tan perfecta que el mundo sepa que tú me enviaste y que los amas tanto como me amas a mí. 24 Padre, quiero que los que me diste estén conmigo donde yo estoy. Entonces podrán ver toda la gloria que me diste, porque me amaste aun antes de que comenzara el mundo.

Piensa en esto:

La vida que vives, ¿cumple el propósito para el cual fue creada?

Aun antes de que busques la respuesta honestamente en tu corazón, añadiré una variable a la ecuación que estamos estudiando. Y para eso, me veo obligado a regresar al tema anterior, en el cual hablamos de que Dios tiene un “buen propósito”.

Leamos de nuevo Efesios 1:3-14

3 Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo. 4 Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. 5 Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. 6 De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado. 7 Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados. 8 Él desbordó su bondad sobre nosotros junto con toda la sabiduría y el entendimiento.

9 Ahora Dios nos ha dado a conocer su misterioso plan acerca de Cristo, un plan ideado para cumplir el buen propósito de Dios. 10 Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra. 11 Es más, dado que estamos unidos a Cristo, hemos recibido una herencia de parte de Dios, porque él nos eligió de antemano y hace que todas las cosas resulten de acuerdo con su plan.

12 El propósito de Dios fue que nosotros, los judíos —que fuimos los primeros en confiar en Cristo—,diéramos gloria y alabanza a Dios. 13 Y ahora ustedes, los gentiles, también han oído la verdad, la Buena Noticia de que Dios los salva. Además, cuando creyeron en Cristo, Dios los identificó como suyos al darles el Espíritu Santo, el cual había prometido tiempo atrás. 14 El Espíritu es la garantía que tenemos de parte de Dios de que nos dará la herencia que nos prometió y de que nos ha comprado para que seamos su pueblo. Dios hizo todo esto para que nosotros le diéramos gloria y alabanza.

Sorprende la forma cómo Pablo nos explica la existencia de un plan. Incluso diseñado antes de crear al mundo. Él nos dice que este plan existe para cumplir el buen propósito de Dios. (Esa frase tiene que traer descanso a cada uno de nosotros: “El buen propósito de Dios”). Si nosotros, como seres humanos a veces mostramos destellos de virtudes buenas en nuestras acciones, y las admiramos, ¡imagina al Dios que creó todas las cosas teniendo un propósito que además está definido como “bueno”! ¡Eso debe ser maravilloso!

Sin embargo, alguien podría pensar: ¿Dónde está el “buen propósito de Dios” en una vida que ha sufrido desde el principio una enfermedad a causa del algún mal congénito? ¿O cómo podemos compaginar las injusticias diarias de la vida, algunas tan desgarradoras y dolorosas, con la existencia de un “buen plan” por parte de Dios? ¿De qué manera es posible llamar “buen propósito de Dios” al paso de un tornado, terremoto o tsunami que deja sin vidas, o sin casa, a miles de personas; ¿o qué decir de las enfermedades virales que matan centenares de vidas en segundos?; guerras que arrasan con ciudadanos ajenos al conflicto,incluyendo niños que mueren de formas espantosa y cruel; Hambres que causan la muerte en multitudes mientras un rico a su lado gasta miles de dólares en tontas diversiones?… ¡y podríamos seguir enumerando!

¿Dónde está el “buen plan o propósito de Dios en una vida que llora? ¿Por qué tiene que atacar el cáncer a un niño de manera tan agresiva y matarlo, mientras Dios le da salud a la vida frívola de algún famoso, o a la injusta vida de un asesino jefe de algún cártel de las drogas?

Tradicionalmente a lo anterior respondemos así: La maldad del hombre ha sido desatada por causa de su propio egoísmo, y en el mal uso de su libre albedrío, el hombre ha degradado el mundo causado sus propios males. Y todo eso es verdad. ¡¿Pero dónde queda Dios en todo esto?! ¿Cómo, o por qué lo permite? ¿Acaso no tiene poder Dios de evitar esas situaciones? ¡Claro que lo tiene! ¿Cómo es que estas cosas se ajustan a su plan?

Leamos de nuevo el texto, Pablo nos expone la existencia de un misterioso plan. ¡Pero nos lo revela!. Y al momento de hacerlo, abre la puerta para la comprensión de toda la multiplicidad, pluralidad, y diversidad de situaciones del hombre en el mundo: “Él hace que todas las cosas sucedan de acuerdo a su propósito”. ¡Ninguna situación que sucede en la vida escapa de su control! ¡Todo el mundo está bajo su soberanía!

Piensa en esto: Todos nosotros hemos dicho a alguien: "La bondad de Dios es tal, que se extiende hasta el último segundo de vida de la persona, aún cuando esta sea la peor persona del mundo”. ¿Cierto?. Y cuando nos piden una referencia bíblica que sustente eso, hablamos del ladrón de la cruz. ¡Qué mejor ejemplo! Nos muestra a un Dios capaz de perdonar a la peor persona (recordemos que a la cruz era llevado lo peor de la sociedad), aún cuando esta persona haya hecho mucho daño, y le quede un sólo segundo de vida.

El ladrón de la cruz vivió una vida terrible. Y Dios lo salvó al final. ¿Te das cuenta que tú has usado un texto que implícitamente lleva la realidad del sufrimiento de muchos, pero que revela la inmensa bondad de Dios?

Dolorosamente, puede ser, pero Dios merece ser glorificado por esto. Y lo cierto es que decimos “dolorosamente” porque nosotros nos consideramos a nosotros mismos mejores que aquel hombre en la cruz. (Tema para otra ocasión).

Pudiera sonar conformista el adaptarnos a la idea de que Dios bendice nuestros esfuerzos en la vida, pero aún así no escaparemos de ciertas desventuras. ¡Qué terrible cuando esas desventuras tienen que ver con sufrimiento y dolor, con injusticias, e incluso, fracaso!

Una realidad es que Dios puede y merece ser adorado en medio de cualquier circunstancia. El pueblo de Israel vagó 40 años en el desierto y aún en medio de esa nada (sólo arena y escasa vegetación), Dios fue digno de alabanza y adoración, cada día. ¡Dios no perdió su majestuosidad porque las circunstancias cambiaron para Israel!

Debemos regresar a la Biblia, y entender que sus hijos, es decir nosotros, ya hemos sido bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales, en Cristo.

Cuando Jesús estuvo frente a Pilatos, este le preguntó directamente: ¿Eres Rey?

¡Tu y yo conocemos la respuesta! ¡Sabemos que si! ¡Jesús es el Rey del universo, del mundo, de la tierra, de los reinos, de los países, y de nuestras vidas! ¡La rebeldía de una persona o un reino no elimina la autoridad del Rey! ¡Jesús es Rey!, y como dice el texto: “A su debido tiempo, ¡pondrá todo en orden!” (Esto nos hace entender que Dios está siendo paciente con el hombre, esperando que proceda al arrepentimiento).

¿Pero qué sucederá si no lo hace?

Jesús es Rey, y es Justo. Así que actuará en justicia. Y castigará al rebelde. Toda rodilla se doblará al final de los tiempos. Toda. Incluso la de aquel que no está leyendo este artículo a causa de la rebeldía de su corazón.

¿Cuál fue la respuesta de Jesús a Pilato? “Mi reino, no es de este mundo”.

36 Jesús contestó:

—Mi reino no es un reino terrenal. Si lo fuera, mis seguidores lucharían para impedir que yo sea entregado a los líderes judíos; pero mi reino no es de este mundo.

37 Pilato le dijo:

—¿Entonces eres un rey?

—Tú dices que soy un rey —contestó Jesús—. En realidad, yo nací y vine al mundo para dar testimonio de la verdad. Todos los que aman la verdad reconocen que lo que digo es cierto.

Piénsalo. Todo deleite terrenal es temporal. (Estamos en este mundo de paso). Pero de igual forma, todo sufrimiento o problema que tengamos en la vida, ¡también es temporal, aunque dure la vida entera!… sus hijos no hemos sido llamados para vivir una vida de 80 o 90 años en el mejor de los casos. ¡Sus hijos fuimos llamados a vivir una vida eterna!

¡Jesús prometió eso! Una vida, en un reino, en el Cielo. No en la tierra.

Juan 14:2 En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar? 3 Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy.

De manera que hay un plan. Y en ese plan, tú vida, con o sin posesiones. Con o sin salud. Con o sin aquello que quieres, debe ser para la gloria de Dios.

Finalmente, este es un Dios capaz de dar gozo y sostener al que tiene poco. En eso demuestra su poder. Y es un Dios, capaz de mantener humilde al rico, y que este le sirva de igual forma. En eso, demuestra su poder. Sea que vivamos bajo de un puente, o en una gran mansión, nuestra vida fue puesta en la tierra “para la alabanza de su nombre”.

Así que… queda como reflexión la pregunta: La vida que vives, ¿cumple el propósito para el cual fue creada? pues Dios decidió crear al hombre, para que este le adore.

¿Alguno de ustedes ve aquí a un Dios prepotente y vanidoso?… hablaremos de esto, en en nuestra siguiente entrega.


 
 
 

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